Helen es una de las 36 ovejas y corderos que llegaron de la granja de Navarrete donde habían sido abandonadas, encerradas en una nave sin agua ni comida. Murieron más de 140 animales y los que sobrevivieron como ella lo hacían entre los cadáveres putrefactos.
Esta mañana al levantarnos nos hemos quedado sin palabras al ver su cuerpo sin vida en una esquina de la caseta rodeada de todas sus amigas.
Ayer fue un día de alegría porque salvamos a una nueva habitante y hoy es un día de mucho dolor. La vida en el Santuario es muy emocional, estás en un momento eufórico por salvar vidas nuevas y de repente todo cambia cuando pierdes a uno de ellos, por los que estás dando la vida.
Todo esto no pasaría si dejásemos de consumir animales, ya que se está contribuyendo con la explotación y muerte de seres que quieren seguir viviendo, y hacerlo sin ser explotados, ni maltratados.
Helen vivió un infierno pero sus últimos días ha vivido un sueño, una vida que ella nunca habría imaginado que existía. Un lugar donde ha sido tratada como a una igual, sin ser vista como una máquina de producir hijos para ser vendidos como carne, ni como una máquina de producir leche o lana. Ella es Helen, única e irreemplazable.
Te hacemos la misma promesa que os hacemos a todos, y es que nunca dejaremos de luchar por vosotros hasta acabar con la explotación animal. No queremos jaulas más grandes, lo que queremos es que dejen de existir.
TE QUEREMOS HELEN
Por un mundo vegano