Amalia nació ciega el 2 de junio, y como no podía vivir con las demás hasta que creciera lo suficiente para ser enviada al matadero, iba a ser eutanasiada. Cuando nos contaron su historia, quisimos acogerla en el Santuario y fuimos a por ella el 19 de junio para evitar así su muerte y poderle ofrecer una vida digna.
Hace tan solo 3 días que está en el Santuario, pero Ismael y Coque, los fundadores del Santuario, están entregándose en cuerpo y alma para conseguir que Amalia sea feliz. Quieren que Amalia recupere la visión, y por ello 3 veces al día le ponen en sus ojos 4 colirios y una pomada, que ya está haciendo que mejore, pero sobre todo, ya han conseguido que Amalia se sienta amada y los quiera como si fueran sus padres.
