Llegó hace poco más de dos meses a Fundación Santuario Gaia. Lo habían encontrado con pocos días de vida en la montaña, solo e indefenso. Desde que está aquí nos ha robado el corazón, no solo por su hermosura sino por lo bueno y cariñoso que es. Desde hace un tiempo vive junto con Tecla y su hija Armonía. La relación que han creado los tres es maravillosa y Siscu ha encontrado en Tecla la madre que no tuvo. Siempre hemos dicho que Tecla es una auténtica madraza, cuidando y protegiendo a Armonía, y ahora hace lo mismo con Siscu. Los tres forman una bellísima familia.