Enrique llevaba unas semanas más bajito, hace unos meses estuvo con diarrea y perdió pesó así que pasó a vivir a la zona de cuidados especiales.
Allí recuperó energía y se le veía feliz aunque ya un poco viejito. En los últimos días empeoró mucho y lo trasladamos a enfermería, se estaba apagando😔
Enrique llegó a nuestras vidas porque nos avisaron que estaba abandonado no muy lejos del Santuario, tenía un porte imponente con esa preciosa barba y una mirada tierna. Cuando llegó era un caso, estaba haciendo la cuarentena en un box y reventó la puerta para poder confraternizar con las cabritas en el patio😉
De esa noche loca nacieron seis preciosos bebés, una nueva generación en el Santuario. Por esa hazaña lo llamábamos, con cariño, “papuchi”. Tuvo el privilegio de ver a sus hijos nacer libres de maltrato y explotación.
Nos sentimos afortunados de haber compartido este tiempo contigo Enrique, seguirás vivo en tus pequeños que corretean por aquí y en nuestros corazones💚
Este siempre será tu hogar.🌈