Mike llegó a Fundación Santuario Gaia en 2015 de un horrible caso de maltrato animal, junto a 10 cabritos más. Estaban tan mal que algunos murieron a pesar de que Coque Fernandez Abella e Ismael López Dobarganes se pasaron días sin dormir, teniéndolos a todos con suero encima de una mesa.
Después del largo viaje para traerlos desde Galicia y de los días que pasaron sin dormir para salvarle la vida, justamente Mike era uno de los que peores estaba y no podía juntarse con los demás, al tener unas llagas muy contagiosas por la boca que le causaba mucho dolor y le impedía comer, y también en los ojos. Pero al final lo consiguieron salvar y ha estado todos estos años viviendo muy feliz junto a toda la familia Gaia.
Hace unos meses empezó a enfermar y después de muchas pruebas, se determinó que tenía artritis encefalitis. Hemos sido sus manos y sus pies hasta ahora, que le hemos tenido que ayudar a marchar porque se ha puesto muy mal.
Sus primeros días en el Santuario estuvieron Coque e Ismael junto a él todo el tiempo, y así se ha ido, mientras sus papis le decían que le querían mucho y que un día volverían a verse. Ha sido un momento muy duro para ellos.