Anoche a las 24 horas cuando Ismael y Coque, los fundadores del Santuario, fueron para dar un biberón a Manu, vieron que estaba muy mal. Lo cogieron y se lo llevaron a la cabaña donde viven ellos para intentar salvar su vida.
Después de haber estado toda la noche haciendo lo imposible, a las 5:30 de la mañana Manu moría tumbado en la cama junto a Ismael y Coque.
Su vida ha sido muy corta, pero su ida ha sido muy diferente si esto le hubiera pasado en una granja. En el Santuario ha sido tratado como a un igual, y hoy nos toca dar mucho amor a su madre.
Manu
Por un mundo vegano