Esta mañana se ha ido Misha, dejándonos un gran vacío.
Misha llegó adulto hace tres años, con problemas crónicos respiratorios. En los últimas semanas había empezado a empeorar, respiraba con fatiga debido a que los pulmones se habían fibrosado.
Él fue uno de esos casos que nos dio una lección acerca del perdón. Cuando llegó desconfiaba de los humanos y nos envestía cada vez que entrábamos en la zona de cuarentena donde vivía. Con el tiempo empezó a confiar y tanto fue así que se quedaba el último en salir de la nave a los prados para recibir mimos y atenciones.
Todos los días lo acompañábamos con el resto del rebaño. Las mañanas no serán lo mismo sin su compañía y sin su mirada tuerta, tan tierna. Misha ha tocado todos los corazones que lo han conocido. Hasta siempre pequeño?