Hoy os queremos dejar la experiencia de Leticia, una voluntaria de Santuario Gaia:
“Hace sólo 1 año que abrí los ojos a la explotación y maltrato animal, y me siento muy culpable de no haberlo hecho antes.
Siempre he amado a los animales pero, como casi todos, me los comía sin querer hacer la conexión y ver quien había más allá de los envases.
Conocer Santuario Gaia ha sido como llegar a casa, dónde los animales no humanos, fundadores y voluntarios me han hecho sentir en familia.
Cuanto más tiempo paso en el Santuario, más tiempo me quiero quedar, porque descubrir poco a poco la personalidad de cada uno de sus habitantes, es de las emociones más bonitas y sinceras que he vivido nunca.
Ayudar a que un mundo mejor sea posible ha hecho de mi mundo interior un sitio también mejor.”