Anoche antes de cenar cuando fuimos a darle el biberón a Pablo que estaba en la habitación de los fundadores del Santuario que es donde él duerme, lo encontramos desmayado. Pablo había comenzado a tener diarreas el día anterior, se empezó a tratar para cortar la diarrea pero en corderitos tan pequeños las diarreas son muy peligrosas. En cuestión de unas horas se le desarrolló una hipoglucemia.
Rápidamente actuamos gracias a que Coque es veterinario, se le puso una vía intravenosa y suero glucosado, a los pocos minutos comenzó a reaccionar. Ha estado toda la noche con suero y controlado en todo momento, durmiendo en la misma cama que Ismael y Coque, que no han dormido nada esta noche.
Hoy ha estado también todo el día con suero y ya se encuentra más fuerte, aunque no bajamos la guardia. Él es un corderito que llegó muy desnutrido y más pequeño de lo normal.