Esta mañana cuando nos hemos levantado estaba todo nevado y todos los animales, humanos y no humanos, hemos disfrutado de una preciosa mañana blanca. Ha sido muy emotivo y divertido ver como todos corrían felices y jugaban entre ellos como si fueran niños, hasta las más abuelas del Santuario no han parado de jugar y correr. Maya y Nieves han venido por primera vez a los prados grandes y han disfrutado mucho.