Fuimos hasta Tarragona porque una oveja estaba en una riera sin identificación y con dos bebés recién nacidos en mal estado, sobre todo el más pequeño que estaba muy deshidratado y podía morir, debido a las altas temperaturas por la ola de calor.
Lo primero que hicimos fue estabilizar al más débil inyectándole suero, y cuando se recuperó un poco nos fuimos al Santuario.
Las ovejas tienen un vínculo muy fuerte con sus hijos, y Encarna no iba a ser menos. Cuando cogimos al más pequeño nos siguió porque no quería separarse de él. Imaginaros el sufrimiento de todas esas ovejas a las que les roban a sus hijos para ser enviados al matadero para consumo humano.
Por el camino paramos varias veces para atender al pequeño Saulo, que así es como le hemos llamado. A su hermana Sheila y a su madre Encarna, la que ya nunca más sufrirá el robo de sus hijos. Por fin podrá vivir con sus hijos toda la vida, sin ser explotada y siendo tratada como una igual.
Queremos dar las gracias a Jonathan y a Esther que estuvieron todo el día cuidando de ellos hasta que llegamos, y practicándoles todas las indicaciones que les dábamos. Sin su ayuda no se habrían salvado.“¿Nos ayudas a seguir salvando vidas?” color=”green”]• Por tan solo 1€ al mes puedes hacerte Teaming
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