Esta mañana Luna se ha puesto de parto. Así que comenzamos con todos los preparativos. Llegaron dos veterinarias para asistirlo, además éramos varios cuidadores para apoyar durante todo el proceso.
Lamentablemente, el ternero era muy grande y Luna no podía dar a luz por sí misma, ya en sus anteriores partos tuvo problemas, por eso el ganadero que la explotaba decidió cederla al santuario, porque no le era rentable, pero él desconocía que volviese a estar embarazada. Es por ello que tanto nosotros como nuestra veterinaria hemos estado muy pendientes controlando a Luna para saber en qué momento tendría lugar el parto y ayudar si fuese necesario.
Una cesárea a una vaca es inmesamente peligrosa, comenzando por el hecho que se ha de usar anestesia general y sólo esto puede matarla. Y si además el bebé es muy grande como en este caso, le ha provocado un desgarro en la matriz en forma de L. Finalmente se pudo sacar al ternero pero ya sin vida, a pesar que en las palpaciones de la veterinaria parecía que aún vivía.
Después de varias horas cosiendo, se ha terminado con la intervención. Ha sido todo muy complicado. Las cesáreas en vacas son muy peligrosas, y para colmo, como el bebé era tan grande, le ha desgarrado toda la matriz en forma de L.
Estamos muy cansados y tristes por la pérdida del bebé, que de lo hemos dejado a su lado para que ella sea consciente y asimile lo que ha pasado. Lo primero que ha hecho al verlo ha sido lamerlo con mucha tristeza.
Por un mundo vegano