A Valentí lo encontramos hace 4 meses con tan solo dos días de vida, acababa de ser atropellado y le habían destrozado la pezuña. Él es un ternero de carne que iba a ser enviado al matadero cuando tuviera unos meses más, pero gracias a que fue atropellado y que el ganadero nos lo cedió, se salvó de morir asesinado.
Cada día teníamos que hacerle las curas, y conseguimos que no se le infectara y que su pezuña se recuperara. Ya lleva una vida normal junto a otros bebés de diferentes especies que también han sido salvados de terminar en el matadero.