La intervención ha ido muy bien y ha estado en todo momento muy tranquilo, como suele pasar con todos nuestros niños, que confían plenamente en nosotros.
Germán es un corderito que llegó en febrero desde Mallorca en barco, con unas tres semanas de vida porque había sido atacado y tenía mordeduras en el cuello que se le habían infectado.
Desde que conoció a Valentí, no se ha separado de él, han creado un vínculo muy grande entre los dos.