Los tres se han criado juntos desde bebés, han tomado el biberón a la vez y son inseparables. Este vínculo que tienen se mantendrá toda la vida. En el vídeo podemos ver lo felices que son, como disfrutan jugando juntos y como Valentí ha aprendido su nombre y no duda en venir corriendo cuando le llamamos. Pensar que los tres hubieran acabado en el matadero, nos parte el alma, porque esa es la situación que tienen millones de bebés todos los días. Por lo menos ellos tendrán una vida feliz y plena, libre de daño y sufrimiento.