Así de bien se lo pasan los más peques del Santuario Cualquier momento es bueno para jugar y si es en compañía de los amigos mejor. La pequeña Pride está totalmente integrada con los demás, y ya no está tan pendiente de su madre, ahora lo que quiere es correr y saltar, como cualquier niño pequeño.
En el Santuario viven felices y sin preocupación, porque nosotros estamos para cuidarlos y que nunca les falte de nada. Ellos se han librado acabar en el matadero, pero millones de corderos en todo el mundo no han tenido esa suerte. En tu mano está cambiar el mundo.