La semana pasada os contábamos que iban a llegar nueve habitantes al Santuario. Cinco eran las cabritas de Llambilles, y ese mismo día llegaban estas cuatro bellezas. Cuatro patitos con pocos días de vida cuyo destino era una granja para luego servir como comida a los humanos. Aunque cuando pensamos en patitos siempre lo hacemos con ternura y recordando personajes de nuestra infancia, no hay que olvidar que eso es totalmente ilusorio, ya que es una especie que se explota y maltrata mucho, usándolos tanto para comida como vestimenta. Viendo estás imágenes no nos entra en la cabeza como podemos hacer daño a unos seres tan tiernos e inocentes.