Queremos volver con las publicaciones bonitas, pero os tenemos que contar las cosas que pasan en el Santuario para que así ayudemos al mundo a ver a los “animales de granja” como son, que los conozcáis y que veáis que no hay diferencia con los humanos.
Samuel fue muy importante en la vida de todos los habitantes del Santuario porque él nos ayudaba en la adaptación cuando alguno tenía miedo. Él tenía esa capacidad para conseguir transmitirle paz, calmarlos y que confiaran en los humanos que aquí vivimos.
En la fotografía vemos al grandullón de Pedro, que está triste porque su hermano mayor ya no está. También vemos a Jose, que es el encargado del cuidado de las vacas y toros, y que estos días está muy afectado por todo lo que ha pasado, y aunque tiene pinta de hombre duro, estos días le hemos visto llorar con el alma rota.
Muchas veces una imagen vale más que lo que se pueda decir, pero por si alguien no lo ve, es un momento en el que los dos se están consolando, un momento de conexión entre dos seres de diferentes especies que se entienden sin tener que decir una palabra.