Hace poco más de dos años nos dieron el aviso de que había una granja en Huesca donde habían dejado morir de hambre a más de 350 cabras y solo había 42 supervivientes. Nosotros acogimos a 10 de ellas en el Santuario y 4 salen en esta fotografía.
Cuando llegaron les prometimos que haríamos todo lo que estuviera en nuestras manos para que no les faltara de nada el resto de sus vidas y que tendrían todo el cariño y los cuidados del mundo. Es lo justo después del infierno y el horror que habían vivido.