La pequeña Savi está creciendo fuerte y rodeada de mucho amor, su madre sabía perfectamente en manos de quién la dejaba. Nos alegra mucho verla tan feliz, sin miedos ni preocupaciones, pero es inevitable pensar en todos los que son como ella y que ahora mismo están siendo explotados o asesinados en un matadero. Ojalá algún día la sociedad cambie y se de cuenta que no hace falta matar animales para poder alimentarnos.