Valentí es un toro que llegó al Santuario en noviembre del 2018, con apenas unos días de vida. Estaba herido en la carretera que da acceso al Santuario, le habían atropellado y tenía destrozado uno de sus pies. Con muchos cuidados y paciencia se recuperó, convirtiéndose en este guapo toro que veis.
Germán llegó dos meses después que Valentí, desde Mallorca. También era un bebé con pocas semanas de vida, al que había atacado un perro y estaba malherido.
En ese momento coincidió que también había otro corderito bebé en el Santuario, Olot, y los tres se criaron juntos. Era muy gracioso ver como tomaban el biberón a la vez, como comenzaron a comer y como jugaban sin importarles ser de distintas especies.
Ha pasado el tiempo y siguen manteniendo la misma relación que el primer día, y no es raro verlos juntos paseando por los prados o durmiendo uno al lado del otro. Aunque es verdad que al ir creciendo se van volviendo más independientes, y que crean nuevos lazos de amistad con otros habitantes. Esto nos ayudará mucho porque Valentí en breve tendrá que convivir con el resto de vacas y toros, ya que es más grande y fuerte que el resto de las ovejas y a veces es un poco bruto a la hora de jugar con ellas ?