Pues parece que Manuela y Úrsula están de los más integradas en su nuevo espacio, y sino que se lo pregunten a Mónica, la oveja. Mónica es una de las 36 ovejas y corderos que llegaron al Santuario hace 3 años, provenientes de Navarrete (La Rioja), donde ganadero las había dejado abandonadas, encerradas en una nave. Estaban sin agua ni comida y entre ellos había más de 140 muertos, entre ellos un burro, tres perros, varias aves… Sobrevivieron 120 ovejas y corderos que estaban en muy malas condiciones, de los que 36 vinieron a Santuario Gaia.
Mónica tenía un problema de artrosis en sus extremidades, que con el paso del tiempo ha empeorado, lo que le dificulta caminar bien. Por eso desde hace un tiempo vive en la zona de las abuelitas, de los bebés y de los habitantes que tienen algún problema crónico, como Celia, la cabra con atrofia en sus brazos, o Débora y Felipa, las dos cabras ciegas.
Hace unos días llevamos a Manuela y a Úrsula a este espacio. Al principio estaban un poco asustadas, al ser un sitio nuevo para ellas, pero en poco tiempo ya se han acostumbrado y han hecho muy buenas migas con Mónica. Tanto que Manuela ya se sube encima de ella para descansar, algo que a Mónica no le importa mucho, es más, seguro que para ella es una alegría tener a estas dos preciosas bebés.