Aún no hace una semana que Miguelito llegó al Santuario, exactamente hace 5 días, al encontrarlo una familia cuando estaba dando un paseo por el campo y de pronto apareció él caminando. Estaba deshidratado, con muchas heridas, parte de la cola colgando y muy delgado. Lo llevaron a un veterinario donde estuvo ingresado hasta que se pudo recuperar.
Miguelito es muy especial, tiene problemas en su desarrollo intelectual, su comportamiento no es como un cerdo de su edad. Hay que darle de comer en la boca y se queda con la mirada perdida. Nos recuerda mucho a Ralphy, la primera cerdita que vivió en el Santuario, seguramente muchos os acordáis de ella.