Esta semana hemos tenido que decir adiós a la abuelita Mónica. Ella era una de las 36 ovejas de Navarrete que llegaron al Santuario a comienzos del 2016. Todas llegaron en muy mal estado, ya que estaban en una explotación donde las habían dejado sin agua ni comida, y convivían entre los más de 140 cadáveres de otras ovejas que estaban en descomposición por todas partes.
Mónica siempre ha estado muy delicada de salud, con una artrosis muy grave en sus extremidades anteriores. Poco a poco esta enfermedad se fue agravando y al final Mónica casi dejó de caminar. Por ese motivo vivía en una zona adaptada para los mayores y bebés. Era muy bonito ver como cuidaba de los más pequeños, como de Úrsula, Manuela, Oriol y Miguelito. Sobretodo nos sorprendió el vínculo que contrajo Miguelito con ella, un cerdito con problemas en su desarrollo cognitivo. Era muy tierno ver como se tumbaba a su lado, buscando la protección y el calor de una madre, y ella estaba encantada con ser la madre adoptiva de todos ellos.
Estos últimos días tuvo una gran recaída y le dio una crisis neurológica, dejándola en un estado vegetativo. No queríamos que sufriera, y sabiendo que no tenía ninguna solución, la ayudamos a partir rodeada de todo el cariño y amor del mundo. Mónica, has dejado un gran vacío en todos nosotros. Siempre recordaremos esa ternura y paz que transmitías. Gracias por llegar a nuestras vidas y enseñarnos tanto.