Ya hemos comenzamos con la adaptación de Eulalia con el resto de los cerdos. Ella estuvo encerrada en un zulo durante 7 años y nunca ha estado con ningún otro animal de su especie.
Al principio la cosa fue muy bien: Eulalia se iba acercando a todos los que se encontraba y les daba besitos. Todos reaccionaron estupendamente hasta que se acercó a Raúl y tuvieron un encontronazo. Eulalia estaba muy confiada pero Raúl no tiene muy buen carácter que digamos . Al final la situación terminó con alguna herida para Eulalia, que ya hemos curado, y su cara de no saber que había pasado.
Los cerdos son muy territoriales y jerárquicos, por eso sus adaptaciones son las más complicadas y hay que hacerlas con mucho cuidado y paciencia. Tenemos un recinto de adaptación separado por una valla, donde el nuevo habitante y el resto de los cerdos se pueden ver y oler, pero sin tener contacto físico. Cuando ya ha pasado un tiempo prudencial, se pueden conocer en persona, pero siempre con nosotros vigilando que no haya ningún percance importante. Así durante varios días hasta que ya no hay ningún problema.
Como podéis ver Eulalia ha ido entrando en las casetas de cada cerdo sin ningún cuidado y sin respetar el espacio de los demás. Al no haberse sociabilizado con otros cerdos, no entiende los códigos y esto es lo que puede causar problemas. Por suerte Eulalia es muy lista y seguro que en breve conoce el carácter de cada uno. Estos días seguiremos con el proceso y estamos seguros que en breve ya serán todos amigos aunque Eulalia tendrá que aceptar la jerarquía que ya hay establecida, y los jefes son Ramón y Guillem, dos cerdos que pesan 400 kgs.