Aunque Borges es ciego, es muy feliz, y estas imágenes hablan por sí solas. Él llegó al Santuario junto a su hermano Basilio, su madre Cintia y otras dos cabras adultas con dos hijos cada una; Iria con sus hijos Antia y Amil, y Dorotea con sus hijos Duarte y Aurelio. Estaban en una explotación de Córdoba, e iban a ser enviadas al matadero porque cerraba y querían deshacerse de ellas. Una de las vecinas tuvo conocimiento de esta situación y luchó para que no las mataran, poniéndose en contacto con los Santuarios quienes nos organizamos para salvarlas a todas.