Ayer por la noche tuvimos que ayudar a marchar a Emilio. Tenía un fallo renal y, después de varios días de tratamiento y suero intravenoso, no había mejorado nada y cada a vez estaba peor. Es una decisión muy difícil y dolorosa de tomar, pero a veces es lo mejor que podemos hacer por ellos. Cuando no hay ninguna esperanza de mejoría y sabemos que el final se acerca, lo mejor es evitar todo sufrimiento innecesario y ayudarles a marchar de manera digna y sin dolor.
Se ha ido rodeado de todos nosotros, rodeado de amor y de cariño. Tranquilamente y en paz, como ha sido su vida. Emilio llegó al Santuario hace más de 4 años. Lo habían encontrado siendo un bebé vagando solo por las vías del tren. Era uno de los carneros más cariñosos y siempre nos estaba buscando para estar con nosotros. Era muy joven para irse, es algo que nos cuesta aceptar y entender, pero ha vivido la mejor vida que puede tener una oveja, siendo respetado y cuidado como un igual. En ese vídeo podéis ver sus primeros días en el Santuario.
Siempre estarás en nuestros corazones y nunca te olvidaremos. Te prometemos que seguiremos luchando con todas nuestras fuerzas para que en este mundo todos tus compañeros puedan tener una vida como la que tu has tenido.
, pequeño ángel