Ayer nos dieron el aviso de que habían encontrado dos ovejas en muy mal estado en la cuneta de un camino, cerca de Tarragona. Una de ellas murió al poco y a la otra le quedaba poco para morirse. Las personas que se las encontraron avisaron a los Agentes Rurales, que nos les hicieron caso al no ser una especie protegida. También intentaron llamar a los pastores de la zona, pero sin obtener ninguna respuesta.
Rápidamente fuimos a por la oveja que aún estaba viva. Aunque era de noche y teníamos más de 3 horas de camino, no dudamos en ayudar. Cuando llegamos, nos aseguramos que una de ellas estaba efectivamente muerta, y la otra estaba en tan mal estado, que pensamos que no sobreviviría. Nos contaron que llevaban así más de 24 horas en el mismo sitio sin que nadie las ayudara.
Por los signos neurológicos que presentaba Constanza, que así la hemos bautizado, sospechamos de una posible intoxicación con algún tipo de herbicida o insecticida. No se podía mover, tenía espasmos, estupor, temblores, hipersalivación y la respiración acelerada. Cuando llegamos al Santuario, instauramos el tratamiento para paliar estos síntomas y suero intravenosos para forzar la diuresis.
La evolución ha sido favorable y hoy se ha recuperado bastante, pudiéndose mantener en pie y comenzando a comer. Está mucho más activa y muy atenta a todo lo que hacemos. No nos tiene ningún miedo, parece que sabe que la estamos ayudando.
De momento el pronóstico es reservado, pero confiamos en que siga mejorando, ya que nos ha demostrado que es una gran luchadora. Si ha podido sobrevivir más de 24 horas en ese estado, sin ayuda de nadie, no sería justo que ahora que está en un lugar donde la cuidaremos toda su vida, nos deje.