¿Os acordáis de lo pequeñito que era Borges cuando llegó? Pues ahora es todo un hombrecito y es el cabrito más guapo del mundo. No lo decimos porque seamos sus padres, sino que es la pura realidad, ¿o no? ?
Pero no solo es guapo, lo más importante es que es feliz. A pesar de su ceguera hace una vida completamente normal: juega, salta, corre y curiosea todo lo que encuentra. Se ha adaptado tan bien a su espacio que a veces nos parece que hasta ve.
Tenemos mucho que aprender de los animales y de su afán de superación. Borges nació ciego y su madre lo rechazó, por eso lo hemos tenido que criar con biberones, pero para él la vida es maravillosa y está creciendo sano y feliz. Ha desarrollado más otros sentidos, como el oído y el olfato, tanto que no se le escapa una y muchas veces queremos sorprenderlo sin que sepa que estamos, pero es completamente imposible, a la mínima sabe que hay alguien cerca y viene corriendo todo contento ❤️