Os contamos como siguen los pollitos que llegaron a Fundación Santuario Gaia, del caso del abandono en el aeropuerto de Madrid. Como podéis comprobar han crecido, y mucho. Hace unos días pasamos a la mayoría a una habitación más grande. Durante todo este tiempo hemos ido controlando la temperatura de su habitación, reduciéndola a medida que iban creciendo, ya que cada vez necesitan menos calor. La mayoría ya están cambiando las plumas de bebé por las de adulto y están ganando peso de manera muy rápida. Por ese motivo estamos controlando su dieta, que sea lo más hipocalórica posible, pero que sea nutritiva.
Como eran muchos, los tuvimos que separar por grupos, dependiendo de su estado de salud y de su crecimiento. Los que se han quedado más pequeños o son más débiles, siguen viviendo en otra habitación donde los tenemos más controlados e incluso a algunos seguimos embuchándolos.
Al Santuario llegaron 316 pollitos, de los que desgraciadamente han fallecido casi la mitad, la mayoría, los primeros días después de llegar a Fundación Santuario Gaia, debido a las condiciones en las que se encontraban. Son una raza muy delicada, son pollos Broilers que han sido seleccionados genéticamente para alcanzar un peso de 2 a 3 kg con 41 días de vida. Esto es del todo anormal y aberrante, porque tienen cuerpos de adulto siendo solo unos bebés. Este crecimiento tan desmesurado hace que su cuerpo no esté diseñado para vivir mucho tiempo, ya que con ese peso la mayoría de las veces sus extremidades no pueden soportarlo provocando problemas en las articulaciones y deformaciones. Lo mismo que su corazón, muchos de ellos mueren de un infarto. También hemos comprobado en otras ocasiones, que son muy propensos a padecer tumores.
Como veis, los humanos han “creado” una raza para poder obtener el máximo beneficio económico con el menor coste, sin importar el bienestar del animal, reduciéndolos a meras cosas. Así es la ganadería industrial.