Desde que se conocieron, hace ya casi tres años, son inseparables. Jesús llegó con pocos días de vida, en un estado tan lamentable, que pensábamos que se moriría. Pero él fue fuerte y gracias a los cuidados y tratamientos, salió adelante. A los pocos meses de llegar Jesús, llegó Helios. Lo habían encontrado en un contendor de basura con las extremidades atadas, dejándolo allí para que muriera. El pobre era apenas un bebé y ya había sufrido lo indescriptible. Los dos congeniaron de inmediato y ahora son los mejores amigos, viviendo su vida libre de sufrimiento y crueldad.