Hace unos días, el 19 de noviembre, Vicky nos dejaba. Lo ha hecho de una manera tranquila, en calma y sin sufrir. Desde hacía meses vivía en una zona donde estaba más controlada y cuidada por nosotros, ya que estaba sufriendo un deterioro físico que era visible. A pesar de ello su ánimo era bueno y su carácter el de siempre, salvo algún bajón que tuvo, pero que remontó. Sabíamos que nos dejaría pronto porque ella era muy mayor y llegó a Fundación Santuario Gaia muy delicada de salud, hace ya 7 años.
Vicky provenía de Andalucía. Su historia era una de las que más nos ha impactado en todos estos años. Vivía en un descampado donde la maltrataban de manera física y sexual, hasta que intervinieron las autoridades y la pudieron sacar de allí.
Desde el primer momento nos desvivimos por ella, por su historia tan cruel, pero ella era fuerte y pronto se adaptó a la vida de Fundación Santuario Gaia. Nos parecía increíble que confiara en nosotros después de todo lo que había pasado y de haber conocido la maldad humana. Pero, como hemos comprobado otras veces, los animales tienen una capacidad de perdonar mucho mayor que la de los humanos.
Ha sido uno de los habitantes más especiales que hemos conocido, con una personalidad muy marcada que la hacía única e irrepetible.
Todos los que hemos tenido el privilegio de conocerte te vamos a echar mucho de menos, mucho. Pero nos queda el consuelo de haberte proporcionado la mejor vida posible, lejos del maltrato y la explotación, y siempre te agradeceremos las grandes lecciones de vida que nos has enseñado como el perdón, la confianza y el amor.
