Guillem llegó a Fundación Santuario Gaia, junto con Ramón, hace más de 5 años. Provienen de las inundaciones que hubo en Zaragoza en 2015 donde murieron miles de cerdos ahogados, encerrados en las granjas. A ellos los encontraron en una acequia, exhaustos y enfermos. Por suerte sobrevivieron y los pudimos acoger en el Santuario. Guillem es uno de los pocos cerdos en el mundo que puede mostrar esta cara de felicidad y tranquilidad, porque sabe que nunca nadie le hará daño y su vida será plena.
Hoy, que es el día del Sorteo de La Lotería de Navidad, podemos decir que a él ya le ha tocado. Ojalá pudiéramos decir lo mismo del resto de sus compañeros que viven hacinados en las granjas.