Eloína y Ginés están creciendo a pasos agigantados y no es de extrañar viendo el ansia con el que se toman sus biberones. A nosotros nos hace muy felices verlos así y nos morimos de risa con ellos. Es verdad cuando se dice que los niños dan alegría y no podemos resistirnos a estos dos maravillosos bebés. El destino ha querido que aparecieran en Fundación Santuario Gaia y nosotros cuidaremos de ellos toda la vida.
Muchos bebés de jabalíes se quedan huérfanos cada año debido a la caza. Matan a sus madres y ellos se quedan indefensos. En el mejor de los casos consiguen sobrevivir si ya son un poco mayores, pero muchos son tan pequeños que sin la protección y los cuidados de su madre mueren en la montaña sin remedio.