Si tuviéramos que definir la felicidad con una imagen, creemos que ésta sería la perfecta. Ver como Olot apoya su cabeza sobre Adam, como ambos tienen esa carita de paz y tranquilidad, no tiene precio. Aún más si pensamos que los dos estarían muertos de no haber llegado a Fundación Santuario Gaia.
Olot llegó hace más de dos años al Santuario, lo habían encontrado recién nacido en la montaña, solo y desvalido. Aquí lo hemos criado y ha encontrado una gran familia que le quiere y le cuida.
La historia de Adam es muy horrible. Está en el Santuario desde hace 8 años. Lo iban a matar y clavar su cabeza en una estaca, como parte de un ritual. Otra forma inhumana de tratar a los animales.