Todo el mundo que conoce a Pedro se queda sorprendido del tamaño que tiene. Es el toro más grande que hemos visto ya que debe pesar más de 1200 kilogramos y cuando estamos a su lado nos sentimos como niños pequeños. Pedro es de la raza frisona, la raza de vacas que usan en la industria láctea porque son las que más leche producen. Con el paso de los años, los humanos, han ido realizando selección genética de esta raza para que cada vez den más leche y así obtener mayores beneficios, pero a costa de la salud de las vacas ya que el producir tantos litros de leche al día debilita mucho sus cuerpos.
El caso de Pedro no es que sea una excepción, lo que ocurre es que no se ven nunca a los machos frisones. Para que una vaca produzca leche tiene que estar embarazada y dar a luz, como ocurre en todos los mamíferos. A las hembras las inseminan artificialmente todos los años para dejarlas embarazadas y cuando nacen sus bebés, se los arrebatan. Si el ternero es macho su destino es el matadero y si es hembra, se quedará en la explotación para que siga el ciclo de la producción de leche. Por ese motivo no hay machos, no sirven y son desechados. Por eso no los vemos
Así de cruel es la industria láctea. Y esto no solo pasa con las vacas, sino también con las ovejas y cabras. Por eso consumir productos lácteos también es una forma de maltrato animal.