Abel es un corderito de 7 meses que nació ciego. La persona que lo cuidaba falleció y la familia tenía que dejar la casa donde vivían, pero no querían que Abel acabara explotado o en el matadero, por eso se pusieron en contacto con nosotros. Estos primeros días de adaptación son un poco estresantes para él. Es un sitio nuevo que no conoce y tiene que acostumbrarse a su nuevo espacio. Lo sorprendente es que con nosotros se muestra muy confiado y ya nos sigue si le llamamos. Poco a poco se irá acostumbrando y, por la experiencia que tenemos, en muy poco tiempo se adaptará sin problemas. Este proceso ya lo hemos vivido con casos como los de Borges o Felipa, y sabemos que a pesar de sus limitaciones tendrá una vida completamente feliz.