Esta semana ha sido la primera vez que Jimena se ha bañado. Hemos comenzado a meterla en la charca de los patos para que pueda hacer rehabilitación. En el agua puede ejercitar mejor la pierna que se ha operado y así fortalecer más la musculatura. Para nosotros ha sido toda una experiencia y parecíamos unos padres cuando su hija se da el primer baño.
Aun le cuesta mantenerse de pie, pero seguro que poco a poco va mejorando y estamos convencidos que en nada estará recuperada para vivir con el resto de patos y ocas de Fundación Santuario Gaia.