Esta mañana muchos de vosotros os distéis cuenta de lo que había cambiado en la cara de Venus, ¡ya no tiene crotales! Pues sí, lleva puesto un microchip y hemos podido quitarle esas horrorosas identificaciones que tenía en las orejas. Ahora se ve mucho más guapa, pero lo más importante es el componente simbólico de no llevar esa numeración expuesta.
Vivimos en una sociedad que cosifica a los animales, para la cual no son seres sino números. A la mayoría de ellos se los ve como un producto del que sacar un rendimiento económico que, cuanto mayor sea, mejor. Por suerte el mundo está cambiando y cada día somos más las personas que vemos al resto de animales como lo que son, nuestros compañeros de viaje, con los que compartimos este planeta. Hay más sorpresas para Venus, pero todo llegará a su debido tiempo.
I am