¿Os acordáis de Amalia? Pues la pequeña bebé que llegó a Fundación Santuario Gaia hace más de una año, se ha convertido en esta preciosa vaquita. Amalia nació con una enfermedad en sus ojos y estaba ciega. Por eso en la explotación no la querían ya que no podía seguir al resto de las vacas. Nosotros nos hicimos cargo de ella y, después de muchos meses de tratamiento y cariño, conseguimos que recuperase la vista.
Ahora vive feliz junto al resto de las vacas y toros del Santuario. Es una de las más cariñosas y cuando nos ve, viene corriendo para que la acariciemos. El vínculo que creamos con ella todo ese tiempo que pasamos cuidándola, durará toda la vida. Ella sabe que con nosotros está protegida y amada.