¿Os acordáis que os contábamos que a Alix no le gustaba la sandía? Pues parece que la cosa ha cambiado ?
Ahora cuando ponemos una sandía, Nathalie y Alix se lanzan a por ella como si no hubiese mañana y la acaban en cuestión de segundos. Les encanta y a nosotros nos enamoran los ruiditos que hacen al comerla ? Pensar que estas dos adorables bebés iban a ser sacrificadas se nos parte el alma, pero es algo que sucede cada día con millones de cerditos.
Nacen en jaulas minúsculas, donde las madres a penas se pueden mover, son separados de ellas y llevados a naves de engorde para luego ser enviados al matadero. Ojalá llegue el momento en que todos puedan vivir como viven Alix y Nathalie.
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