Hacía mucho tiempo que no hablábamos de nuestro Marquitos. Hace ya mucho tiempo que dejó de ser un bebé, pero sigue teniendo esa mirada tierna e inocente. Es uno de los habitantes más cariñosos y en cuanto nos ve, se viene con nosotros sin dudarlo.
Llegó hace más de 3 años a Fundación Santuario Gaia. Era un bebé de apenas unos días de vida, al que habían atropellado y dejado herido al lado de la carretera. Por suerte unas personas lo pudieron socorrer y traer al Santuario. Aquí se recuperó y creció sano y fuerte, convirtiéndose en este apuesto galán que es ahora
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