Llegaron hace más de 6 años a Fundación Santuario Gaia, cuando apenas tenían 6 meses de vida. Eran dos de los supervivientes de las riadas del Ebro, en Zaragoza, de aquel año, donde murieron miles de cerdos atrapados en las granjas. A ellos los encontraron en una acequia, medio muertos. En el Santuario se recuperaron y desde entonces han vivido felices aquí.
Es otro ejemplo del vínculo que crean los animales. Los dos son inseparables, como uña y carne. A pesar de su tamaño, que a todo el mundo sorprende, son dos trozos de pan y muy cariñosos. Cuando los rescataron tenían la edad con la que envían a los cerdos al matadero, después de haber pasado toda su vida en granjas de engorde. Con 7 meses ya son sacrificados, cuando la esperanza de vida de un cerdo es de 15 a 20 años. Los humanos los matamos cuando apenas son unos bebés, eso si, después de cebarlos para que tengan el máximo peso posible y así sacar el mayor rendimiento económico de sus cuerpos.
En este vídeo de Youtube podéis ver lo cariñosos que son: https://youtu.be/PJcKVwlSzgE
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