Los que os habéis leído el libro de Ismael López Dobarganes, “Animales como tú”, ya sabéis que en las familias de vacas y toros hay dos cargos de servicio: el de protector y el de líder.
La primera protectora fue la abuelita Rita, que fue explotada toda su vida sufriendo que cada año le robaran a sus hijos para llevarlos al matadero. Su rescate fue muy bonito porque la ganadera que la tenía se hizo vegana y dejó de explotar a todas sus vacas y nos las cedió a Fundación Santuario Gaia. Nos dejó siendo muy mayor por un tumor, y vivimos sus últimos días con mucho amor a su lado.
Ahora la que tiene el cargo de protectora es Tina, por eso va siempre la primera, y en cuanto llega a los prados grandes por la mañana, se dedica a mirar bien por todos lados para que no haya ningún peligro para su familia a la que tanto quiere.
Mientras hacía su rutina de vigilancia, ha notado algo raro, que nosotros no sabemos qué es, pero seguramente haya sido que por la noche han entrado otros animales que no viven en el Santuario y se ha puesto a alertar a su familia. Si observáis el vídeo, comienzan a venir todos al escucharla, y ella se adentra al bosque para averiguar si sigue dentro del Santuario ese peligro para los suyos.
Son conscientes de todo, así que imaginad el sufrimiento que tienen que padecer mientras esperan en fila en los mataderos viendo como a sus familiares y amigos los están matando delante de ellos, sabiendo que el siguiente en morir va a ser él.
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