De Ismael López Dobarganes, cofundador del Santuario:
“No puedo evitarlo, y es que se me parte el alma solo de pensar que pronto nos dejará, pero es ley de vida, y todos tarde o temprano, también nos iremos.
A Adam lo iban a decapitar para hacer un ritual, pero por suerte aparecimos nosotros en su vida y fue rescatado, evitando así que muriera de esa forma tan cruel.
Cuando llegó a Fundación Santuario Gaia se puso tan feliz que no paraba de saltar, a Coque Fernández Abella y a mí nos tenía agotados ?
Hoy es un abuelito que tiene problemas de riñón, pero como una familia, cuidamos cada día de él hasta que su cuerpo ya no pueda más.
La vida del Santuario es muy bonita, pero también es muy dura emocionalmente, ya que mientras más animales rescatamos, de más nos tenemos que despedir un día.
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