Os hemos contado muchas veces que cada día, por la mañana, acompañamos a Lidia a los prados. Es una de las tareas más bonitas que tenemos, ir con esta adorable abuelita para comprobar que llega sin ningún problema. Estos momentos, en los que bajamos con ella por el camino en silencio, notamos una increíble sensación de serenidad, que es la que nos da ella ?
Con sus más de 33 años, es una abuelita, que tiene sus achaques y por eso tenemos que cuidarla mucho. Todas las noches duerme en su habitación calentita, pero cuando ya ha salido el sol, es ella la que nos pide que abramos la puerta para pasar el día al aire libre, rodeada de naturaleza. Luego, cuando comienza a caer el sol, es la primera en subir para cenar. Una rutina que se cumple todos los días y esperamos que siga así por mucho tiempo.
No es un gran vídeo, pero creemos que transmite mucha tranquilidad y paz, ¿verdad? ❤️
¿Nos ayudas a seguir salvando vidas?
Con tu ayuda salvamos vidas
Por un mundo vegano