¿Quién dice que las vacas no tienen sentimientos?
Aquí podemos ver el cariño que se profesan Eduardo y Mercè. Los dos llegaron hace más de 7 años, de un decomiso ocurrido en Galicia. Eduardo era un ternero de pocos meses, al que encontraron, junto con Fermín, en una cuadra minúscula donde el estiércol les llegaba hasta la barriga, lo que les provocó quemaduras por el amoniaco que contenía.
Mercè tenía pocas semanas y vino junto con su madre Núria. Debido a su corta edad, no vivió mucho tiempo aquel infierno y la mayor parte de su vida ha estado en el Santuario, feliz y a salvo.
Con estas bellas imágenes acabamos la semana, con una sonrisa en la cara ☺️
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