Ayer fue un día muy triste para todos en el Santuario, ya que Marquitos que era tan especial para todos nos dejaba.
Él llevaba ya un tiempo viviendo con los animales con necesidades especiales, como abuelitos o enfermos, ya que él padecía una enfermedad respiratoria crónica.
El viernes cumplió 5 años de su llegada al Santuario. Era un muflón que fue atropellado siendo un bebé, y los primeros meses vivía con Coque Fernández Abella, al que seguía por todos lados y lo tenía como lo que era, su padre.
Justamente el viernes mientras Ismael López Dobarganes estaba sentado en el patio, Marcos se acercó a él apoyando su cabeza con la de Ismael, quedándose un buen rato los dos quietos mientras se podía escuchar como Ismael le decía que le quería mucho. Pero minutos más tarde vimos a Ismael llorando y dos voluntarias le preguntaron que le pasaba, a lo que él les contestó que Marquitos nos iba a dejar y que eso le había puesto muy triste.
Ayer sábado por la tarde Marcos se puso a respirar muy mal y lo llevamos a su habitación. Cuando Ismael llegó para verlo se sentó a su lado poniendo la cabecita de Marcos sobre sus piernas, llorando y diciéndole que le quería mucho, Pero de repente miró hacia la puerta y dijo: Ya han llegado a por tí, vete tranquilo Marquitos. Pero segundos más tarde nos dijo que Marquitos no se quería ir sin despedirse de Coque, el cual estaba viniendo aún, ya que estaba en la otra punta del Santuario.
Cuando Coque llegó se le rompió el corazón al ver a Marcos así, lo besó y se despidió de él. Dio instrucciones para que trajeran de la enfermería lo necesario par ayudarle a marchar, pero Ismael poniéndole la mano en la espalda le dijo: tranquilo Coque, no es necesario, él te estaba esperando para marchar.
Fue terminar de decir Ismael eso, y Marquitos salía de su cuerpo, uniéndose a Samuel, Victoria, Paola y tantos que estaban en la habitación para acompañarlo en este nuevo viaje.
TE QUEREMOS MUCHO MARQUITOS, GRACIAS POR HABERNOS ENSEÑADO A AMAR Y LO QUE ES LA VERDADERA HUMILDAD. PRONTO NOS VOLVEREMOS A VER.
