A las cabras les encantan los arbustos y las hojas de los árboles. Para ellas es un manjar y no dudan hacer contorsionismos para encontrar el bocado más jugoso. Se meten entre la maleza, en sitios donde parece imposible entrar o mantienen el equilibrio sin ningún problema con tal de poder alcanzar esa hoja a la que le han echado el ojo.
Nos encanta verlas disfrutar de esta manera, como en este caso a Mike, que se lo está pasando de maravilla entre las ramas.
Él es uno de los cabritos que llegó hace más de dos años desde Galicia, de una explotación donde estaban dando a los bebés que nacían, a los perros de comida, porque estaban naciendo muchos y no los podía vender.“¿Nos ayudas a seguir salvando vidas?” color=”green”]• Por tan solo 1€ al mes puedes hacerte Teaming
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