Desde que está con nosotros conviviendo, vamos conociendo más sobre el carácter y comportamiento de Miguelito. Los primeros días lo veíamos “raro”, pero no sabíamos si era por el largo viaje, por haber estado enfermo o por el cambio de casa. Ahora sabemos que su comportamiento no es normal para un cerdito de su edad y seguramente tiene algún tipo de disfunción cognitiva, aunque este tipo de problema es imposible diagnosticarlo en un animal.
Tenemos que prepararle la comida en trozos pequeños. Al principio teníamos que dársela directamente en la boca, ahora le hemos puesto una bandeja bien grande para que se pueda meter dentro y comer, porque no atina bien a la hora coger los bocados. De esta manera se entretiene bastante, pero puede comer por si solo. Para beber tenemos que ayudarle con una jeringuilla, ya que no sabe beber solo. También se pasa mucho tiempo deambulando, sin saber donde ir, pero hemos comprobado que le calma mucho estar con alguno de nosotros y le encanta quedarse dormido al sol o al lado de la chimenea.
Miguelito es muy especial y siempre estaremos para que su vida sea lo más fácil y cómoda posible. Para nosotros es un regalo poder tenerlo a nuestro lado ❤
